1/5/13

Entrevistas de trabajo: de todo se aprende

En los últimos meses estuve dedicando gran parte de mi tiempo a conseguir un trabajo.
Completé formularios, creé Curriculums virtuales de todos los formatos, tuve Curriculums impresos a  color y en blanco y negro, con marco y sin marco, dependiendo de la formalidad del lugar en el que me presentaba. Y tuve todo tipo de experiencias a la hora de las entrevistas. Y en esto quiero hacer un punto y aparte.
En primer lugar quisiera desmitificar la funcionalidad de esos manualcitos que reparten las agencias de recursos humanos con respecto a los colores y la ropa recomendables, al modo de hablar, al modo de expresarnos corporalmente y a la cantidad de minutos antes que tenemos que hacernos presentes. Tuve entrevistas a las que llegué sobre la hora y tuve que esperar y en donde me miraron como diciendo "tu entrevista era en punto pero claramente vas a pasar y media", tuve entrevistas a las que me esmeré en llegar 10 minutos antes y donde me recibieron con grata sorpresa. Y tuve entrevistas a las cuales me arrepentí de haber llegado porque creí que me podían llegar a ofrecer cualquier cosa menos trabajo. Decente.
Por otra parte hubo entrevistas a las cuales fui vestida formal. Esto quiere decir con camisa blanca (por las dudas) manga 3/4 para que no sea inapropiada la manga corta pero tampoco muy aburrida la manga larga, con un pantalon negro de vestir, suelto cosa de que no marque nada y con un calor agobiante, porque el manual te dice que debés usar eso pero no te da otra opción para cuando tenés que caminar por Microcentro con 28, 30 grados. 
A la segunda o tercera entrevista empecé a sumarle a mi outfit algunos accesorios de color, para descontracturar un poco y demostrar que también soy joven y alegre. Error número 2: caminaba y era un cascabel. Hasta a mi me molestaba no poder ni dar la mano porque parecía la novena sinfonía de Beethoven versión bijou.
Otro tema son los zapatos. Dios mío! ¿Quién habrá inventado tanta variedad de zapatos? Qué ganas de complicarme la vida! Dado que mido 1.54m y tengo, en mi opinión, bastante cara de nenea opté siempre por los zapatos altos. Esto significó correr por todas partes en sandalias u ojotas hasta llegar al lugar al que me citaban. Bueno, a la esquina del lugar donde me citaban porque debía ponerme ahí los zapatos altos. Consejo: recuerden las cámaras de seguridad, nadie quiere ser captada in fraganti! Entonces bueno, ahí estaba otra vez: con zapatos negros clásicos. Quizás demasiado. Con plataformas con los dedos al aire..  ¿sería demasiado informal también? Con las uñas de los pies pintadas, sin pintar, con botas sin botas, con suela de goma, suela de madera.. Y aún sin saber cual era el par de zapatos correctos.
Y por último y no menos importante, como a toda mujer, me resultó complicadísimo el tema del maquillaje. Por lo general suelo tener mis días.. Mis días a cara lavada mis días de amigarme con el delineador y mis días de despertarme creyendo que vivo en Hollywood y pintarme como una puerta. ¿Qué conclusión saqué? Que si te pintás mucho das imagen de falsa, de que tapas lo que sos, de que no sos transparente. Si no te pintás parecés desalineada, descuidada, desprolija, hasta desinteresada te diría. Y si te pintás un poco o se te corre el delineador, o tenés labial en algún diente o no te combina la sombra con la ropa.  Nunca nada va a estar bien del todo.

Entonces, mi consejo, si estás atravesando mi misma situación es: no te arregles mucho si no solés hacerlo porque después vas a tener que mantener esa imagen y va a ser una tortura china. Tampoco quieras parecer tranqui y desalineada si solés ser muy formal o te gusta super producirte. Si te gustan los colores usalos todos. Si te gustan los vestidos, las botas largas en invierno o salir en zapatillas: hacelo. Las primeras impresiones cuentan, sí, pero más importante es que SIEMPRE SEAS VOS MISMA. Se respetuosa e intentá estar a la altura de las circunstancias, pero relajate y tené siempre presente que lo más importante es ser original. Le pese a la vendedora de manualcitos que le pese.. y basándome en mi experiencia personal, me prometo (con testigos virtuales, ahorita mismo) no volver a hacer malabares a la hora de una entrevista de trabajo. Quien me quiera dar trabajo deberá saber que soy así, capaz de asumir todas las responsabilidades pero a cambio de que no esperen de mi algo que no soy ni tengo por que ser.

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