Esta imagen es el reflejo de una de las experiencias más lindas de mi vida: la Misión a Tintina. Tintina es una localidad de la provincia de Santiago del Estero que tiene alrededor de 10.000 habitantes.
Este grupo de personitas (y demás que no aparecen en la foto) fueron, entre tanta gente, quienes me enseñaron esto que escribí varias veces -como para no olvidarme- en el cuaderno que llevé:
"Tener siempre corazón de niño, olvidar los problemas y sonreír. Aunque nos falten los dientes. Y dar amor, que aunque no lo podamos ver, SIEMPRE vuelve... Aunque sea en un simple avioncito de papel"
Llevo guardadas en mi corazón cada una de esas sonrisas. Y los tengo presente a diario. Y desde acá, a tantos kilómetros -pero sintiéndolos a la vez tan cerca- les deseo lo mejor. Ojalá la vida los compense con cosas buenas a cada uno (y ojalá esta misma vida nos permitiera reencontrarnos)
Son hombres y mujeres fuertes enfrascados en cuerpos de niños pequeños. Nos enseñaron a todos a volver a mirar y valorar cada cosa por lo que es y no por lo que parece. A ser gentiles, a ser sinceros, a amar, a solidarizarnos al máximo y más de lo que nos creíamos capaces. Y en mi humilde opinión, por sobre todas las cosas, nos enseñaron que lo último que se pierde es la sonrisa. Y que cuando uno tiene fe y confía ciegamente, pase lo que pase jamás va a estar solo.
Les mando un abrazo más grande que el que les daría "la sandía gorda gorda gorda"
(Sólo déjame mirarte cara a cara y perderme como un niño en tu mirada)
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